Aunque a mi edad los extraños y añoro los perfectos e irresistibles regalos entregados, hoy os quiero pedirles que lleven y repartan felicidad, sonrisas y brillantes en los ojos a los que forjaran el mundo futuro. Que la dulzura de sus actos, entregados bajo los árboles de miles de niños, cree en ellos la esperanza de creer, conocer, aprender, compartir y reír, ser ellos mismos.
Que lleven el oro a las familias necesarias de ello y de el sustento para seguir adelante, que el incienso de la guía a los futuros Reyes Magos y que la mirra a cuestas de vida y esperanza de seguir creyendo en ustedes, como ahora lo hago yo.
Se que desde arriba, en esas tres estrellas, ustedes aun siguen las huellas de los grandes y pequeños niños. Esperando con ansias volvernos a conocer algún día, los quiere Ali Bautista.
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