Solo pensaba en saber a dónde correr, huir y
atragantarme con las uvas; ¡eran casi las doce del día! ¡Del día! y mi expresión,
hasta ese momento, atormentada mi vida.
¿Cómo? SI al compás de las campanadas debería
estar ahí, afligido e intensamente desgastado por todo el año, pensando en lo
que ya fue y no será, como aquella canción de aquel cantante, que al final no
recuerdo. Pero; qué si no quiero, qué si no se y qué si apenas escribo. Por
favor si casi nadie lee o por lo menos no yo. Lo intentare:
Propósito No. 1:
¿Leer?
Dicen que leyendo podrás aprender y cambiar las
cosas, pero tal vez, como el Derecho, todo funciona chueco: en pesos, dólares o
yuanes. ¿Así funcionara en todos lados o en todo el mundo? Leerè lo prometo,
para no tener estas ideas, escribir bien y que no se rían de mi “haiga” al hablar.
Pero ese léxico es bonito. ¡Que México tan perfecto!
Por favor a quien engaño. Dice mi madre que conoce
todo de nosotros, a veces lo pongo en duda, pero ¿a quien engaño? Soy yo al final
que me engaño: no me amo.
Propósito No. 2:
¿Amarme?
Eso aplica para chicas. Cuando un hombre se ama
es muy amanerado y las criticas caen como la lluvia sobre el césped seco, de
golpe rompiendo esquemas, estereotipos y todos los prejuicios. ¿Seré acaso
amanerado? A veces el agua moldea la superficie a su manera: como la sociedad a
sus personalidades.
Por favor no lo tomes a mal ni a bien: abre tu mente y en lista más propósitos: besar, amar, coger. ¡Propósitos chingones! De un ¡Hombre! en ascendencia al doble de los 15`s. Siendo hombre en mente de villano o siendo villano en mente de hombre.
Somos animales racionales, dicen, pero ni a tres
llegue.
Perdido estoy a mis 30`s.
Propósito No. 3:
Escribiré.
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